Desde hace un par de meses Canela me contó de sus ganas de ir al zoológico, y aunque mi reacción inmediata fue de alegría por dentro no me sentía tanto así. Mi último recuerdo de aquel lugar era algo triste, no por algo que me haya ocurrido sino de recordar a los animales "desanimados" por el espacio tan pequeño, la mala alimentación, pues en aquella visita de mi niñez solo vi un par de lechugas en su plato (año 1999) y también por el fastidio de los mismos animalitos por las miles de personas que intentaban darles de comer lo que ellos tenían en mano, entiéndase por: galletas, dulces, bocados salados, etc (ah y también por las interminables colas para comprar entrada). Yo soy de las personas a las que no les gusta ver sufrir a los animales (y que estén encerrados es una clase de sufrimiento para ellos) y la verdad estiré lo mas que pude esta visita tan esperada por ella. Hasta que tuve la idea de teclear en google "Parque de las leyendas" para ver en qué estado...
Comentarios
Publicar un comentario